El Alba es es un barco de pura vela para disfrutar de los dulces días de viento, algo que probablemente animó a su primer armador, un americano, a bautizarlo con el nombre de Honey. Aún siendo tan especial, el Alba no ha pertenecido ni a magnates, ni a políticos ni a estrellas de Hollywood.
Botado en 1956, el Alba es un Yawl diseñado por Phillip Rhodes en su estudio de New York donde iniciaron los trabajos, siendo trasladado con carguero a Alemania para continuar su costrucción en Abeking & Rasmussen, prestigiosos astilleros que durante los años de postguerra eran frecuentados por los americanos, cuando surgió la moda de los barcos de regata de tamaño medio.
En 1978 el velero pasó a ser propiedad de un suizo que navegó principalmente por el Mediterráneo, hasta que en 1989 otro armador, Ugo Baravalle, coleccionista de barcos que incluso llegó a poseer su propio astillero, lo restauró recuperando las escasas alteraciones que sufrió en sus 22 años de navegación.
En el año 2000 lo adquirió un español residente en Mónaco, y en el 2003 Damián Ribas se convirtió en su actual armador.
El Alba es uno de los pocos barcos clásicos que conservan las piezas de origen. Los herrajes, grilletes, winches, todos ellos de bronce, se han conservado y en caso de rotura se han repuesto con piezas originales.
Las particularidades del Alba son su deriva abatible que le ayuda en las ceñidas y le permite acercarse a las playas, y el novedoso sistema estructural, para aquella época en que fue construído, basado en omegas de bronce que van desde la cubierta hasta el casco y lo hacen especialmente rígido.
Un camarote en proa, un baño y una cámara central con capacidad para cuatro tripulantes más, es la distribución de este yawl marconi de 1952.