Esta embarcación fue diseñada y construida originalmente siguiendo la regla Internacional de los 12 metros, para poder competir en las carreras de esa categoría. Fue un regalo del senador Giovanni Agnellia su yerno, Carlo Nasi. Debido a la inesperada partida de éste a América del Sur, su construcción se retrasó y fue vendido a AttilioBruzzone, un poderoso miembro del Real Club de Yate Italiano, quién cambió el aparejo original a bermudianas. Salió a navegar por primera vez el 16 de septiembre de 1930. Debe su nombre a la esposa de Attilio, también llamada Emilia.
Durante los años treinta, el Emilia participó en varias regatas celebradas en Génova y Cannes. Entre 1951 y 1975, el velero pasó a ser propiedad de E. Coppola, un popular banquero que lo retira de las competiciones y lo amarra entre los puertos de Génova, Portofino y CapFerrat.
En el año 1988 lo adquirió Adriana Sterzi, un adinerado empresario de la Spezia. Sus interiores fueron restaurados en el astillero de Beconcinni, gracias a la labor del reconocido arquitecto Pinto. El 28 de julio de 1990 el Emilia vuelve a navegar con su aspecto completamente rejuvenecido.
Desde 2002 pertenece a Marco RiccardoGastaldi y Jacques Siccotte, quienes lo mantienen amarrado en el puerto italiano de Alassio. Ambos tomaron la decisión de recuperar el espíritu original del Emilia y por ello participa actualmente en regatas de la categoría de 12 metros y de barcos clásicos en distintos países del Mediterráneo.