- En la clasificación general, cuatro de las cinco categorías están empatadas, por lo que la última jornada se prevé de lo más reñida y emocionante
- Los barcos han navegado junto a la Barceloneta y el Port Olímpic, acercando este museo flotante a los múltiples seguidores de la regata
El segundo día de regata ha estado marcado por la meteorología. El cielo nublado, las lloviznas y la falta de viento al principio de la mañana presagiaban una jornada complicada, pero un inesperado giro del viento se ha traducido en una jornada de lo más interesante y competitiva.
El recorrido dispuesto por la organización se desarrolló cerca del litoral barcelonés, pudiendo contemplarse a tramos desde el Port Ollimpic, la Barceloneta o el hotel W, por lo que miles de barceloneses y turistas han podido disfrutar, un día más, de este espectáculo único.
Una segunda jornada que presagia una final de vértigo
La alternancia de resultados en la regata de hoy ha propiciado la máxima igualdad en cuatro de las cinco categorías, que en la jornada final de mañana navegaran “con el cuchillo entre los dientes” para dirimir el vencedor final de la Puig Vela Clàssica Barcelona.
La meteorología complicada hoy ha provocado un aplazamiento de la salida, a la espera que el viento entablara su dirección. El cielo nuboso y algunas lloviznas presagiaban que el viento térmico de Garbí (Sur-Suroeste) no acudiría a la cita. Pero al filo de las 14 horas, de dirección más Sudeste ha comenzado a soplar con 12 nudos de intensidad, con algunas rachas de 16 nudos por la influencia de algún nubarrón.
El recorrido elegido ha sido una triangulo entre balizas, con diferente composición según las categorías. Los Clásicos recorrían 9,6 millas en cinco tramos, mientras los Época y Big Boats navegaban 8 y 7,2 millas en tres tramos.
Las nuevas condiciones de viento y el tipo de recorridos han provocado cambios en los resultados. En los Big Boats ha sido el día del Moonbeam III, capaz de superar al Moonbeam IV por 42 segundos. Un estrecho margen ganando en buena parte gracias al buen hacer del vencedor evitando ser desventado por el Cambria al final del primer tramo. Sumando el resultado de las dos jornadas, el Moonbeam III se sitúa líder empatado a puntos con el anterior líder, Moonbeam IV. El Cambria parece abonado al tres, pues hoy repetía el tercer puesto, que también mantiene en la clasificación acumulada.
Los Época Cangreja también han tenido un nuevo ganador. El Marigold, segundo ayer, ha superado al Kelpie of Falmouth y también empatan a puntos tras sumar las dos jornadas. Siendo el desempate favorable al vencedor de la última prueba disputada. El Malabar X y el Marigan también intercambiaban las posiciones de ayer, y también en la general.
El inglés Argyll ha estado muy atento al inicio de la prueba para los Época Marconi, y ha sido capaz de mantener a raya al uruguayo Fjord III y al argentino Cippino. Precisamente en el orden inverso de ayer, provocando un triple empate en la clasificación acumulada, que ahora lidera el inglés, seguido de uruguayos y argentinos.
También abundante movimiento en Clásicos 1, logrando el barco local Guia una relativamente cómoda victoria sobre el Samarkand (sexto ayer), mientras Il Moro di Venezia finalizaba tercero, y el francés Sagittarius hoy cedía hasta el cuarto puesto. Tal que así, manda en la clasificación el Guia empatado a puntos con Il Moro di Venezia, mientras el Sagittaruis se baja a la tercera plaza y el Samarkand sube a la cuarta. Destacar hoy el mal resultado del Emeraude, ayer cuarto, que finalizando en décimo lugar queda descartado para la victoria final.
Sin cambio de líder en Clásicos 2, repitiendo victoria del Alba por delante del Kanavel, Atrevido, Margarita Estalindalamar y del Diana. En la clasificación general el Alba se distancia con 2 puntos frente a los 5 del Kanavel, 6 del Margarita y 7 del Atrevido.
Una representación italiana de excepción: Il Moro di Venezia I y la Armada Italiana
Entre los veleros que debutan este año en la regata Puig Vela Clàssica Barcelona, destacan los italianos Il Moro di Venezia I y el buque de la armada, el Corsario II.
Il Moro di Venezia I fue el primer barco de la legendaria saga “Il Moro di Venezia” del magnate italiano Raúl Gardini, que puso a Italia en lo más alto de la vela mundial con una serie de veleros ultracompetitivos y ganadores año tras año de algunas de las pruebas más destacadas del circuito internacional, además de participar con éxito alcanzando la final de la Copa América.
En su estreno en la Puig Vela Clàssica Barcelona, Umberto Zocoa Rangome di Montelupo, navegante y vela mayor del barco, cuenta que “conocía muy bien y me encantaba esta regata tras regatear muchos años a bordo del Amorita y del Peter y no dejaba de insistirle a mis compañeros de Il Moro de Venezia que teníamos que competir aquí. Este año por fin lo he conseguido y no puedo estar más contento. Disponer de este maravilloso velero ganador de tantas pruebas en la costa barcelonesa es un verdadero honor.” Añade que “en Il Moro di Venezia ante todo somos un gran grupo de amigos, muy coordinados y estamos muy satisfechos de estar empatados en el liderato de la categoría de Clásicos 1”. En cuanto a los dos días de regata Umberto asegura que “para nosotros han resultado muy positivos gracias al magnífico viento del que hemos disfrutado y que tan bien va para nuestro velero”.
Por su parte, el Corsario II, fue diseñado y construido para la Academia Naval italiana. Este velero compite en las mejores regatas del Mediterráneo y sirve a su vez de barco de entrenamiento por los cadetes de la Academia naval de Livorno. Comisionado por la misma marina italiana y capitaneado por Simone Giusti, el Corsario II navega por primera vez en aguas barcelonesas. “Hace tres años vinieron nuestros compañeros del Stella Polare y nosotros teníamos ya muchas ganas de hacerlo”, asegura Giusti y añade que “La Puig Vela Clàssica Barcelona nos está resultando una regata muy bonita, con mucha ola y viento, lo que hace muy exigente la navegación. Si a esto le añadimos el que se dispute en una ciudad como Barcelona, esta competición es irresistible para repetir año tras año”.
Con respecto a su velero, Simone afirma que “al tratarse de un barco escuela de la marina, la tripulación está en constante cambio. En este velero clásico, donde todo es manual, requiere mucha fuerza, constancia y dedicación, por lo que supone una formación extraordinaria para nuestros marines”.