- Los patrones del Moonbeam III y del Alba revelan las claves para ganar cuatro veces esta peculiar y tradicional competición barcelonesa
- Erwan Noblet: «Los barcos clásicos no solo navegamos para ganar la regata, sino también para dar un gran espectáculo de vela»
- Damián Ribas: «Cada año contamos con embarcaciones que no participaron antes y que son auténticos referentes en este mundo»
El Real Club Náutico de Barcelona (RCNB) acoge a partir del próximo día 13 de julio la única competición de barcos clásicos que se puede disfrutar en España con los principales contendientes del mundo en esta categoría. La regata Puig Vela Clàssica Barcelona reúne por novena vez consecutiva a los veleros con más historia y glamour del orbe, en una competición única que solo se puede contemplar en otras ciudades del planeta, como son Antigua, Antibes, la Isla de Wight, Newport y Cannes.
Este peculiar espectáculo, en el que participan míticos veleros de diferentes países del mundo, presenta unas condiciones únicas, reflejo de las especiales características de estos barcos, construidos algunos hace más de cien años, pero que mantienen el aroma de los orígenes de la competición náutica. Esta singularidad los convierte en naves de complicado manejo que requieren especiales habilidades para sacarles el máximo rendimiento.
Y nadie mejor que dos tetracampeones de la regata Puig Vela Clássica Barcelona para revelar los secretos que les han servido a Erwan Noblet, patrón del mítico Moonbeam III; y Damián Ribas, del español Alba, para alzarse vencedores en cuatro ocasiones en esta tradicional prueba, en las categorías de Big Boats y Barcos Clásicos, respectivamente.
“Dado que los barcos históricos son muy distintos entre ellos y combinan aparejos muy diferentes, como ketch, yawi, goleta o sloops, sacarle el máximo rendimiento requiere conocer su optimización para cada tipo de viento, rumbo y ola. Conocer bien el barco es fundamental para obtener buenos resultados. A eso hay que añadirle una buena tripulación constante y fija. El mantenimiento del barco y de las velas en buen estado también es esencial”. Estas palabras de Damián Ribas revelan las claves de su éxito en esta competición.
Estas coinciden en gran medida con las que expone el patrón francés: “Para lograr que el Moonbeam III haya ganado la Regata Puig cuatro veces se ha tenido que producir una confluencia de circunstancias: terminar todas las regatas sin romper nada, disfrutar de buenas condiciones de mar y de viento, que para mi barco son una mar plana y una velocidad del viento de 15 a 20 nudos, y tener una buena tripulación que disfrute navegando en este maravillosa velero”.
Se da la circunstancia de que ambos veleros son los actuales campeones en sus respectivas categorías. Y mientras que la embarcación española, construida en 1955 y perteneciente hoy al RCNB, comenzó su andadura exitosa en 2008, y repitió en 2011, 2012 y 2015, el barco perteneciente al YC Saint Tropez, construido en 1903, ha mostrado su poderío más recientemente: en 2011, 2012, 2013 y 2015.
Tradicionalmente, la categoría de Barcos Clásicos aglutina casi a la mitad de los participantes. Y a pesar de ello, Ribas siempre parte entre los favoritos. “Cada diseño tiene unas condiciones óptimas y otras en las que le cuesta más defenderse. En el caso del Alba, los rumbos abiertos son su mejor tramo, mientras que penaliza enormemente con muy poco viento”, explica el patrón catalán. Por su parte, el capitán galo expone sus condiciones ideales: “En la época del año en que se celebra esta regata podemos esperar una buena brisa de mar con agua plana, condiciones perfectas para el Moonbeam III”.
La aportación de las tripulaciones es fundamental
Sin embargo, ambos patrones reconocen que sin la aportación fundamental de sus respectivas tripulaciones, los triunfos serían una quimera. Damián Ribas es claro: “Cuento con excelentes regatistas que vienen cada año entusiasmados a este evento. No se es consciente de la importancia de la tripulación hasta que no la tienes. En el Alba, casi nunca tenemos problemas en una maniobra y es un lujo poder contar con ellos”.
Erwan Noblet refuerza esta opinión: “Nuestro porcentaje de éxito se debe casi en un cien por cien a mi tripulación. No podemos disputar regatas costeras con menos de 16 tripulantes a bordo, que son necesarios para llevar a cabo todas las maniobras y acciones necesarias para un buen funcionamiento. A menudo es lo que marca la diferencia”.
Además del factor humano, otra de las claves para cumplir las expectativas de éxito en esta ya tradicional competición son las condiciones del campo de regatas barcelonés. Y según manifiestan ambos contendientes, suelen ser bastante regulares. “En condiciones normales, podemos esperar casi la misma brisa de mar cada día. Las características del mar dependen del pasado y de las condiciones climáticas remotas. Cada año aprendemos de esas condiciones y, además, hace unas ediciones tuvimos la suerte de contar a bordo con un buen marinero de la zona, como es Guillermo Altadill”, asevera Erwan Noblet.
En este aspecto técnico, Damián Ribas explica de forma algo más científica las características del medio en el que se desarrolla esta prueba: “El campo de regatas de Barcelona suele presentar vientos térmicos. Estos son estables en los horarios, ya que se producen por el calentamiento de la tierra próxima a la costa. Su evolución en intensidad suele ser creciente a medio día y su dirección va rolando a la derecha, al igual que el sol”.
Imágenes espectaculares frente a la costa barcelonesa
Asimismo, ambos protagonistas coinciden en resaltar la peculiaridad que distingue y hace más atractiva a la Regata Puig Vela Clàssica Barcelona, que se disputa junto a la costa barcelonesa para el disfrute de los ciudadanos. El responsable del Moonbeam III subraya que esta circunstancia “facilita que miles de personas puedan disfrutar de la táctica y la estrategia” de estas emblemáticas embarcaciones. Y añade: “Los barcos clásicos navegamos no solo para ganar la regata, sino también, y en primer lugar, para dar un gran espectáculo de vela”.
En esta misma línea se expresa el capitán del Alba: “Los recorridos que diseña la organización prevén tramos que se acerquen mucho a la costa para que la ciudad pueda disfrutar de estas bellezas de mar con todas sus velas desplegadas. El resultado de ello son estampas del frente marino de Barcelona espectaculares”. Y concluye: “Todo esto ha hecho que la regata Puig se haya convertido muy rápido en un evento fijo en el calendario del circuito de Clásicos. Cada año contamos con embarcaciones que no participaron antes y que son auténticos referentes en este mundo. Y la creciente implicación de Puig ha ayudado mucho a este éxito”.